Cervantes y la ventana más pequeña del mundo
Toledo, ciudad imperial, recorrido de nobles e hidalgos. Siempre bajo la lupa de la historia de este país, su vida está compuesta por numerosos hechos históricos. Algunos quedaron firmados con la huella del pasado, mientras otros, siguen presentes. ¿Sabías que Toledo posee la ventana más pequeña del mundo?
Efectivamente, la ciudad de las tres culturas atesora un récord mundial dentro del Libro Guinness de los Récords. Este registro histórico lo puedes disfrutar en la Calle Sillería, junto a la Plaza de Zocodover.
Se trata de una ventana de piedra con las medidas de una palma de la mano o poco más que una cajetilla de tabaco. Llegaba el siglo XVI, concretamente 1561, y Toledo perdía su condición de ser la capital de España. Este hecho afectó mucho a la ciudad, donde se acentuarían tiempos difíciles, menos para un restaurante: El Casón de los López.
Este mesón era concurrido por Miguel de Cervantes, a quién le apasionaba visitar la ciudad toledana entre sus desplazamientos de Madrid a Andalucía.
Esta diminuta ventana, admirada por el escritor probablemente más conmemorado en el paso del tiempo de este país, se localiza en este restaurante que data del siglo XVI, pero que recibió una significativa reforma en el año 1973.
El autor de Don Quijote de la Mancha, asombrado por Toledo, escogería este casón como uno de sus rincones favoritos de la ciudad, en parte por esta llamativa ventana. «Peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades», así definía Miguel de Cervantes a esta ciudad que admiraba.
¿Serviría esta pequeña ventana de inspiración?
Un detalle de este pequeño tragaluz es la inscripción que posee en árabe, (طليطلة ), la cual podemos observar que al traducirla significa Toledo. El pueblo árabe denominó a la capital de Castilla La-Mancha bajo el nombre de “Tulaytula” durante su reinado. Parte de la historia se va con el viento, la otra mitad estará siempre presente.
Simplemente, Toledo.